La muerte es un tema tan misterioso como aterrador. Quizá porque nadie puede saber qué sucede al finalizar su existencia hasta llegado ese momento, al hombre siempre le ha fascinado conocer qué es lo último que experimentaremos antes de perder para siempre la conciencia.
Precisamente esto es lo que intentó averiguar Anna Gosline de la revista New Scientist, tras conversar con expertos y revisar testimonios tanto de testigos como de supervivientes a 10 tipos distintos de muertes, que van desde el paro cardíaco hasta la decapitación.
1. Ahogamiento
El ahogamiento puede no ser una de las muertes más dolorosas para una persona, pero sí una de las más angustiantes, debido a la abrumadora sensación de pánico que significa no poder respirar.
Tal como describe el fisiólogo y experto en supervivencia marina de la Universidad de Portsmouth en Reino Unido, Mike Tipton, la mayoría de los decesos por ahogamiento en el mar son eventos en extremo repentinos, donde dos tercios de las víctimas se reconocen como buenos nadadores.
A partir de entonces comienza una desesperada lucha por mantener la cabeza fuera del agua, donde los intentos por tomar una bocanada de aire impiden gritar por ayuda. Muchas veces, los cuerpos son hallados erguidos, con las manos levemente empuñadas, como si hubieran tratado de asirse a una escalera invisible.
Cuando la persona finalmente se sumerge, trata de mantener el aire lo máximo posible, por lo regular entre 30 a 90 segundos. Tras ello respira agua, tose y respira aún más agua, a medida que esta inunda los pulmones e impide la oxigenación de la sangre.
“Hay una sensación de desgarramiento o de quemadura a medida que el líquido invade la vía respiratoria. Luego sobreviene un estado de calma y tranquilidad”, explica Tipton en base a testimonios de supervivientes.
La tranquilidad es producto de la falta de oxígeno en el cerebro. Finalmente, el corazón se detiene y se produce la muerte cerebral.
2. Paro cardíaco
Los infartos pueden parecer una forma más natural de morir en comparación con ejecuciones o accidentes, sin embargo también puede ser una de las más dolorosas.
Aunque algunos pueden ser fulminantes, en la mayoría de los casos se producen síntomas con hasta 6 horas de anticipación, los que suelen ser menospreciados por las víctimas -sobre todo las mujeres- quienes lo atribuyen a una indigestión, al cansancio o a un calambre.
Estos incluyen dolor en el pecho, que puede venir como presión o apretamiento, en lo que los enfermos comúnmente describen como “sentir un elefante sentado encima”. El dolor puede ser tan agudo que se extiende por la mandíbula, la garganta, la espalda y los brazos.
Buscar ayuda médica es esencial: más del 85% de los pacientes que llegan a un recinto asistencial a tiempo sobreviven. Los que no, sentirán detenerse su corazón, perderán la conciencia en menos de 10 segundos y, minutos después, morirán.