La tortura es el acto de causar daño físico o psicológico ya sea por medio de máquinas, artefactos o sin ellos, sin el consentimiento y en contra de la voluntad de la víctima. A lo largo de la historia y principalmente en la edad media se idearon lo mas crueles artefactos para herir y asesinar víctimas que en muchos casos eran inocentes, pero acababan confesando lo que les indicaran tras se sometidos a estos crueles y aberrantes métodos, algunos de los cuales repasamos en esta horripilante galería:
El toro de Falaris
es un instrumento de tortura cuyo nombre se atribuye a Falaris, tirano de Sicilia, que murió en el año 554 a. C. Los ajusticiados se introducían en el interior de una efigie de bronce hueca con forma de toro. La efigie se colocaba encima de una hoguera, con lo que la temperatura del interior aumentaba como en un horno. Los alaridos y los gritos de las víctimas salían por la boca del toro, haciendo parecer que la figura mugía. La leyenda cuenta que su diseñador, Perilo, murió al ser introducido en su propia creación por los subordinados de Falaris cuando le presentó el instrumento.
Muerte por mil cortes,

también llamada "Muerte de los mil y un cortes" o "Muerte de los cien pedazos" (en chino, Ling Chi o Leng T’ché) fue una forma de suplicio chino utilizado hasta principios del siglo XVIII para ejecutar penas de muerte.
La práctica consistía en descuartizar al reo, que previamente era drogado con opio y atado a un poste. Los pedazos del cuerpo eran depositados ante el reo, que era mantenido con vida hasta terminar con una decapitación o la extracción de un órgano vital. Se aplicaba a siervos que hubieran matado a su amo, o en delitos de lesa majestad.
El desgarrador de senos

es un instrumento de tortura con forma de tenaza acabado en cuatro afiladas puntas, utilizado ya durante el Imperio romano y posteriormente por la Inquisición en Europa.
La tortura consistía en aplicar las cuatro puntas estando al rojo vivo o frías sobre los senos, desgarrándolos.
Los lugares donde más uso se hizo, aunque en diferentes épocas, fueron algunas regiones de Francia y Alemania hasta el siglo XVIII.
Aplicado durante varios siglos, un número indeterminado de mujeres que fueron condenadas por delito de herejía, blasfemia, adulterio, aborto provocado, otros “actos libidinosos”, magia blanca erótica y algún delito más, padecieron este tormento en sus senos.
El escafismo

o tortura de la artesa fue un suplicio utilizado por los persas (sobre el 401 a.C.) que consistía en meter a la víctima en un cajón de madera con cinco agujeros por los cuales sacaba la cabeza, las manos y los pies. Los verdugos untaban estas partes del cuerpo con leche y miel para atraer a ellas a las moscas y otros insectos.
El empalamiento

es un método de tortura y ejecución donde la víctima es atravesada por una estaca. La penetración puede realizarse por un costado, por el recto, la vagina o por la boca. La estaca se solía clavar en el suelo dejando a la víctima colgada para que muriera.
La única referencia que se tiene sobre su origen es del antiguo pueblo de Asiria. Más tarde lo utilizó como método de ejecución el rey persa Darío I entre los siglos VI y V a.C., cuando llegó a matar de esta manera a 3.000 habitantes de Babilonia.
Al ser una forma de ejecución y además de tortura pública, fue utilizado principalmente con líderes de pueblos enemigos o criminales odiados, como una forma de escarmiento. En la conquista de América hay registros de su uso por parte de los españoles para reprimir levantamientos indígenas.
Este sistema de tortura fue muy usado en la Rumania del siglo XVI, siendo muy frecuentemente usado por Vlad «el Empalador» Tepes, quien, destacando por su increíble crueldad, llegó a ser la fuente histórica de la criatura literaria Drácula. Este método fue utilizado por Vlad Tepes en numerosas ocasiones, llegando a empalar a más de 23.000 personas en un día durante su reinado en Valaquia en la segunda mitad del siglo XV. Se cree que lo aprendió en su cautiverio en Turquía cuando era adolescente.