A propósito de la Copa América y de las vitrinas repletas o vacías de sus participantes, un recorrido por los trofeos deportivos más reconocidos del mundo y sus curiosidades.
Desde los tiempos de los antiguos Juegos Olímpicos, la competencia procuró siempre recompensar a los mejores con un premio. Los griegos daban a sus campeones olímpicos una corona de laureles y hasta una estatua en el templo de Zeus si se trataba del vencedor del pentatlón. Con los años, la distinción pasó a ser un trofeo, generalmente llamado copa, aunque la forma de la mayoría no permite beber de ellos. Hay premios que no son objetos de metal, sino prendas de vestir e incluso símbolos. La costumbre no se modificó con el advenimiento del deporte profesional, en cuyo caso el campeón recibe una fuerte suma de dinero y también una copa.
Uno de los trofeos más antiguos (y curiosos) del deporte es la Copa Los Andes, el premio para el campeón sudamericano de golf por equipos.

El copón de plata fue creado por un orfebre británico en 1841, para que la reina Victoria se lo obsequiara al Royal Squadron de yachting, pero al final la soberana eligió otro modelo. El trofeo terminó en una joyería de Buenos Aires, donde un siglo más tarde lo compró Eduardo Costabal, dirigente chileno que impulsó la Copa Los Andes. Además de su particular origen, la copa tiene un rebuscado diseño, con un San Jorge y su dragón en el tope, más sapitos y culebras esculpidos en su base.
Por décadas, el trofeo más famoso fue la Copa del Mundo de fútbol, bautizada después Jules Rimet en homenaje al dirigente francés bajo cuyo mandato nacieron los mundiales.
Se trataba de una diosa alada diseñada por el escultor francés Abel Lafleur. Dos veces estuvo en Montevideo, tras las conquistas de 1930 y 1950, pero el reglamento establecía que la copa quedaba en propiedad del seleccionado que lo conquistara tres veces. Eso ocurrió en 1970 con Brasil, que se la llevó para siempre a la sede de la CBF en Rio de Janeiro. Ese "para siempre" duró 13 años, porque ladrones de poca monta la robaron y la fundieron para aprovechar su chapa de oro (en su interior era de plata). Esa es la versión oficial: hay quien dice que la Jules Rimet está en manos de un coleccionista privado que encargó el robo. Sin embargo, la base original, que se usó hasta 1954, fue encontrada este año en el sótano de la FIFA en Zurich.

El trofeo reemplazante se llama Copa FIFA, fue diseñado en 1973 por el escultor italiano Silvio Gazzaniga con dos estilizadas figuras que sostienen el planeta Tierra. Es de oro 18 kilates con base de malaquita, pesa casi cinco kilos y mide 36 centímetros de altura. Ya no se entrega a perpetuidad y tiene varias réplicas oficiales, por motivos de seguridad. La copa que se usa para la premiación es la original; el campeón se lleva una réplica, que debe devolver en cuatro años.
La Copa América,
tan mentada estos días, fue confeccionada en 1916 por la joyería Escasany de Buenos Aires a pedido de la Cancillería argentina, que la donó luego a la naciente Conmebol. Son nueve kilos de plata y madera con las placas de los ganadores al pie.
Hay otra Copa América, aunque el nombre oficial es Americas Cup: es el más importante trofeo de yachting, que se disputa entre dos barcos, el campeón reinante y su oponente, como en el boxeo. Es conocida como "la Copa de las Cien Guineas", porque ese fue su costo, en guineas de oro, en 1851.
La Copa Libertadores de América
fue creada en 1959 por el orfebre italiano radicado en Lima Carlo Camusso. Todos los hinchas sudamericanos la reconocerán. El trofeo original resultó casi destruido durante los festejos del Once Caldas en 2004, por lo cual hubo que hacerlo prácticamente a nuevo.