Que los piratas llevaban un parche en un ojo, aparentemente es verdad, hay imágenes que lo corroboran. En lo que es posible que nos equivoquemos es en la causa. Como muchos, siempre creí que era debido a que el corsario en cuestión había perdido un ojo en alguna batalla. Pero hay más posibles razones.
Las películas (y la literatura) son un arma de doble filo a la hora de dar a conocer la historia. Son un gran vehículo de divulgación, gracias a su naturaleza como medio masivo y al ingrediente del entretenimiento. En muchos casos, una película puede ser el primer contacto con eventos y personajes de la historia, especialmente para los pequeños, algo positivo, por lo general.
Lo malo es cuando en esa misma película, los hechos no reflejan la realidad histórica, y distorsionan los hechos y los caracteres. Ya sabemos, por ejemplo, que los vikingos no llevaban cascos con cuernos, una invención hollywoodiense, y que las pirámides de Egipto no fueron construidas por esclavos, otro mito de la meca del cine.
En el caso del parche en el ojo de los piratas, no es que Hollywood se lo haya inventado, pero sí nos ha dado a entender que eran tuertos, y eso puede no ser necesariamente cierto.
El parche en el ojo, debido a la luzUna razón aparente de que los piratas llevaran el parche no era debido a que hubiesen perdido un ojo. Según una novedosa teoría, se debía más bien a cuestiones prácticas, forzadas por las necesidades diarias en un barco.
Todo buen pirata, especialmente el capitán de una nave, pasaba parte del tiempo en cubierta, trabajando o supervisando el trabajo de otros, y otra parte bajo cubierta, comiendo, durmiendo o revisando mapas.
Pues bien, pasar de la intensa luz natural a la oscuridad de una galera tiene sus problemas. Mientras que adaptarse a la luz saliendo de un cuarto oscuro sucede en cuestión de segundos, lo contrario no es tan fácil. Según un estudio del Doctor Jim Sheedy (entrevista en inglés), del Instituto del Rendimiento de la Visión de la Universidad Oregon Pacific, podemos tardar hasta 25 minutos en acostumbrarnos a la oscuridad, ya que es el tiempo que se requiere para “regenerar los pigmentos fotónicos”.
De un ojo a otro
Entonces, los piratas llevaban el parche para tener siempre un ojo acostumbrado a la oscuridad, y así, cuando bajaban a sus cabinas, se quitaban el parche (o se lo cambiaban de ojo) y podían ver más rápido en la oscuridad. Seguro que había lámparas, me dirás, pero estas no iluminaban tanto. Con el parche en el ojo, asunto arreglado.
Piratas en batalla
El parche también servía después de gritar ¡Al abordaje!, pues si había que bajar a las galeras del barco atacado para acabar con su tripulación, sería más fácil encontrar una barriga donde alojar la espada. Un oficial marino jamás llevaría el parche en el ojo sin razón alguna, simplemente era un elemento ajeno al uniforme.
Las cataratas
Según la Academia Americana de Oftalmología, esta molestia ocular es una opacidad del cristalino del ojo. “El lente debe ser transparente con el fin de poder enfocar la luz adecuadamente sobre la retina. La condición de opacidad o enturbiamiento del lente es llamada catarata.”
Las cataratas pueden ser congénitas o desarrolladas, las primeras aparecen en la infancia y las segundas en la edad adulta. En las desarrolladas, se han distinguido varias causas, como la diabetes, un traumatismo, o el consumo excesivo del alcohol.
Estas dos últimas razones se aplican a los piratas, expuestos constantemente a golpes, y muy dados a beber ron. Además, su dieta no era de lo más saludable, y conocida era su falta de ingesta de vitaminas, lo que entre muchas otras cosas provocaba el escorbuto.
Es muy posible que los piratas sufrieran entonces de cataratas, y que para que estas no afectaran en su día a día, usaran el parche en el ojo. Hay que pensar que en aquellos tiempos no había tratamiento, y un parche bien podría ser la solución.