El agua es vida y si fuéramos más conscientes, la celebraríamos y la respetaríamos cada día. En este lado del mundo, beber agua o ducharse es tan fácil como abrir el grifo, algo que dista mucho de lo que está pasando en cientos de países donde el agua es un bien muy escaso. Porque la realidad es que la falta de agua corriente afecta a 663 millones de personas y la búsqueda y consumo de agua contaminada mata cada día a 900 niños menores de 5 años o, lo que es lo mismo, 1 niño cada 2 minutos, según la Organización Mundial de la Salud.
El objetivo de este año es reducir el consumo de agua y reutilizarla, ya que la gran mayoría de ciudades no tratan el agua sucia que proviene de hogares, fábricas y agricultura, sino que dejan que vuelva a la naturaleza y contamine el medioambiente.
Estas fotografías muestran la dura realidad de todas esas personas que se levantan cada día sin saber si hoy podrán hidratarse o regar sus cosechas:
La gente se agolpa alrededor de un gran pozo en Natwarghad, en el oeste del estado indio de Gujarati.
Inmigrantes bangladesíes y rohingya rescatados de un naufragio en su travesía hacia una tierra mejor recolectan agua de la lluvia en un refugio temporal en el estado de Rakhine, al norte de Myanmar.
Habitantes de Dala recogen agua de su río, cerca de Yangon, en Myanmar.
Unas mujeres se pelean por el agua del tanque municipal durante un caluroso día de verano en las afueras de Ahmedabad, en la India.
Un hombre llena un barril con agua potable de un tanque en Lomas de Carabayllo, un pueblo de chabolas en el norte de Lima, Perú .