Hierbas que bailan, setas que sangran, árboles que matan… Podría tratarse de un cuento de J. R. R. Tolkien o de un viaje alucinógeno de The Doors, pero se trata de auténticas maravillas creadas por la naturaleza. Plantas que son capaces de revivir, de provocar el suicidio, o por el contrario, de hacernos alcanzar el clímax:
Arbustos que danzan
La Desmodium motorium (también llamada planta semáforo o planta telégrafo) se contonea como si tuviese mil bisagras para así maximizar la obtención de luz y sobrevivir. No obstante, se ha hecho famosa porque mucha gente cree que esta planta se mueve al ritmo de la música, cuando en realidad baila siempre, haya música o no. Se trata de un arbusto de la familia de las fabáceas presente en las zonas tropicales del sudeste asiático. Otro arbusto de la misma familia, la Mimosa pudica también realiza movimientos coreográficos, aunque por su nombre se puede intuir que es más vergonzosa. Esta planta pliega sus hojas cuando nota una amenaza e incluso es capaz de parecer marchita, como a punto de morir, cuando un depredador está cerca.
Carnívoras que comen ratas
Las plantas carnívoras siempre han sido un ejemplar fetiche en el imaginario colectivo, aunque siempre se ha fantaseado en exceso con ellas y sus capacidades. Estos curiosos vegetales crecen en suelos pobres, carentes de minerales y con un pH ácido, por ello cubren la mayor parte de sus necesidades nutricionales alimentándose de protozoos e insectos. Sin embargo, en 2007 se descubrió una variedad gigante en Filipinas, la Nepenthes attenboroughii, que era capaz de alimentarse de pequeñas ratas… aunque no de devorar hombres como cuentan las leyendas.
Y espinosas que atrapan pájaros
Aunque como plantas devoradoras nada como la Puya chilensis (puya, “chagual” o “cardón” como se le conoce en Chile) una planta espinosa endémica de este país que adorna sus cerros. En su hábitat natural esta planta alcanza los 3 metros de altura y, aseguran, atrapa aves y pequeños animales con sus espinas afiladas, dejándolos perecer para que una vez muertos caigan al suelo y actúen como fertilizante para su crecimiento, propiciando cada 20 años una espectacular floración de colores sobrenaturales.
La planta que te haría vomitar de dolor
Se dice de forma exagerada que en Australia casi toda la naturaleza te puede matar, y no solo animales: también sus particulares ortigas te pueden hacer ver las estrellas de dolor. La Dendrocnide moroides, conocida como la ‘yimpi yimpi’, está cubierta por una fina vellosidad que, con el simple hecho de rozarte, libera un veneno sobre la piel que provoca un dolor duradero y parecido a una quemadura. Es una sensación angustiosa porque permanece ahí mientras las vellosidades sigan en la piel. Según cuentan en la antípodas, un soldado la usó como papel higiénico y acabó disparándose a sí mismo por el martirio que supuso.
Los hongos ‘fluorescentes’
Este hongo de nombre Mycena chloropho, es una de las plantas más mágicas que uno puede encontrarse en la vida. Se trata de un hongo bioluminiscente que emite una luz verde clara cuando está en la oscuridad, como si fuese fuego fatuo. Se puede encontrar en zona subtropicales de Asia, Australia y Brasil, donde si la temperatura ronda los 25º brillarán con mucha intensidad, ofreciendo un espectáculo visual digno de un cuento de hadas. Estos hongos brillan para atraer a los insectos como lo haría una bombilla. Estos visitantes nocturnos luego extienden sus esporas por los alrededores permitiéndole colonizar nuevos hábitats.